Los toldos modernos fueron pensados como respuesta a la necesidad de proteger del sol y de las inclemencias del tiempo grandes escaparates comerciales, calles, plazas, cafeterías y ventanas de edificios construidos durante el siglo XIX en bulevares y ensanches de las principales capitales europeas.
El motivo fue ofrecer abrigo y regular la temperatura interior sin tener que sacrificar luminosidad. Y así, atraer clientes que se mantuvieran el mayor tiempo posible consumiendo en los comercios. Y en el ámbito privado burgués dotar sus hogares de espacios modernos y acogedores.
Aunque hoy resultan comunes, en su momento los toldos supieron sumarse a la esencia de estas nuevas construcciones y su capacidad de incorporar elegancia a la vez que utilidad.
El inicio de la Edad Contemporánea trajo consigo los elementos necesarios para su desarrollo: el auge de las nuevas tecnologías, mejoras constructivas, el crecimiento de las ciudades, el impulso de la Revolución Industrial y la planificación urbanística desde las instituciones. En este contexto el inventor y empresario Antoine Fabre fue un pionero al introducir, diseñar y fabricar toldos desde 1895 en París. A él le seguirían numerosas empresas que, a lo largo del siglo XX, consolidaron estas estructuras hasta hacerlas parte esencial de nuestra arquitectura actual.
La importancia de la Orientación
Los sistemas de toldo actuales han evolucionado para ofrecer mayor variedad, eficiencia y confort, haciendo que tanto los espacios exteriores como interiores sean más habitables y sostenibles. Además de estas mejoras se deben tener en cuenta factores como la orientación del edificio para aprovechar al máximo las capacidades del toldo.
Actualmente, la diversidad de tejidos y sistemas hacen más sencillo su adaptación a los diferentes espacios, gustos y calidades disponibles. Se puede tomar como ejemplo el siguiente modelo de toldo que permite cubrir medidas máximas de 9 a 12 metros sin perder comodidad ni efectividad.

A continuación se detallan unas recomendaciones según la dirección de la vivienda.
Tipos de toldos según la orientación del hogar
Orientación sur
El sol incide de manera casi vertical durante las horas centrales del día. En este caso, se recomiendan toldos horizontales o con poca inclinación, que bloquean la radiación directa sin oscurecer el interior.
Orientación este y oeste
La luz del amanecer y el atardecer entra de forma más inclinada, lo que aumenta la temperatura interior. Los toldos verticales o inclinados con tejidos microperforados son la mejor elección, ya que permiten la ventilación y reducen el sobrecalentamiento.
Orientación norte
Recibe menos radiación solar, pero durante el verano la incidencia puede prolongarse a lo largo del día. Los toldos tipo punto recto con lona acrílica resultan eficaces para mantener un ambiente luminoso y fresco.
Orientación oeste y noroeste
El sol de la tarde eleva la temperatura interior hasta la noche. Conviene instalar toldos con inclinación y tejidos acrílicos o técnicos que bloqueen los rayos UV y favorezcan la ventilación.
Antes de decidir qué toldo instalar, conviene tener en cuenta más factores que influyen directamente en su funcionalidad y durabilidad:
- Ubicación y tamaño: no es lo mismo proteger una ventana que cubrir una terraza. La exposición al sol, el viento o la lluvia determinarán el modelo más adecuado.
- Frecuencia de uso: si se usa a diario, un sistema motorizado aporta comodidad. Para usos esporádicos, los modelos manuales son más económicos.
- Tipo de lona: las lonas microperforadas ofrecen mayor resistencia, durabilidad y protección térmica.
- Mantenimiento: los sensores pueden prolongar la vida útil del toldo y mejorar su rendimiento.
